Es depende para qué lado caiga la moneda. Hoy nos tocó a nosotros, hace un año fue al revés y mucho más doloroso. Pero hay una realidad, la tabla no es real. Si bien merecimos ganar ampliamente el partido y debimos hacerlo sino fuese por los horrores arbitrales, no se pudo y la decisión de la organización, merecía ser drástica y ejemplar para seguir evitando las golpizas a Leandro, fue la que ellos consideraron justa para un equipo que tenía 10 minutos por jugar ante un rival sin arquero.
Finalmente, por la suspensión tras la agresión, nos dieron el partido ganado por 3-0. Justicia por lo que se había vivido en la cancha.
Pero no hay que confundirnos y tenemos que seguir de la misma manera. Jugando así como venimos haciéndolo. Si el partido hubiese terminado 0-1, el discurso sería el mismo. Encontramos la manera de jugar (a veces lo hacemos bien y otras mal) y logramos que sea difícil, muy difícil superarnos. Eso es muy bueno.
Ahora resta seguir concentrados, aprovechando cada situación que se nos presente y estando todos juntos como hasta ahora. Quedan cuatro fechas y no es momento de aflojar. El sábado, cueste lo que cueste…
Epígrafe foto: Pidieron descargo y rápidamente se arrepintieron. En este escritorio se leyeron los descargos de JP y Adrián. “¡Para qué!”, habrán exclamado en lonchanpelota.
