Atomos CAMPEOOOOOOOOOOON

¡Y que venga esa estrella, carajo!

El día que Átomos dejó de correr

Fueron seis años de una carrera que no parecía tener fin. Fueron muchos los intérpretes y si bien algunos se fueron quedando en el camino, ninguno de ellos lo hizo porque esto es un equipo. Cada uno que lo intentó, que corrió tras ella, dejó su experiencia y sus anécdotas que se recuerdan en cada uno de los viajes.

Cambiaron las escenografías, al principio marrones y ahora un poco más verdes, pero no el entusiasmo. A Darle Átomos no dejaba de correr. “El campeonato es una utopía”, nos decían. Pero nosotros corríamos más rápido para alcanzarla. Y nos caíamos. Y nos levantábamos. A veces la teníamos muy lejos, y otras parecía tan cerca que soñabamos con estirar nuestras manos y agarrarla.

Pero ella, hábil, nos era esquiva y el sueño se desmoronaba, pero no la convicción. Así que la construíamos de nuevo y comenzábamos a correrla con la misma fe de siempre. Fueron años largos de carrera ininterrumpida.

El 12 de noviembre de 2011, un día después del 11-11-11 que terminaría con el mundo (algo que hubiese sido muy atómico), el Rayo dejó de correr. Y dejó de hacerlo porque alcanzó la utopía de campeonato y terminó con ella.

Es tentador pensar que por esa copa que levantamos “valió la pena todo el sacrificio que hicimos durante tantos años”, pero la verdad es que ese esfuerzo ya se valía por sí mismo, por el sólo hecho de prevalecer en el tiempo y continuar escribiendo una historia.

Con la utopía en nuestras manos hecha una realidad que no cambiará jamás, con la historia escrita con nuestras propias manos, una nueva utopía nace y tendremos que ir por ella. Para algunos será dejar nuestro nombre en alguna cancha del predio como hacen todos los campeones de la A. Para otros tan solo será perdurar en el tiempo. Para algunos otros tan solo salvarse del descenso.

El sentido de una utopía es hacerte avanzar. Por eso A Darle Átomos tan solo se detuvo a descansar y disfrutar el logro de su alma, de su corazón y de su cabeza dura. Nunca dudó que este día llegaría. Le torció el brazo al destino y lo hizo a base de fuerza y sacrificio (nunca de fútbol asociado y por abajo, ja ja).

Y va a seguir intentándolo. De acá hasta que las nuevas generaciones agarren la herencia y continúen persiguiendo la utopía que, gracias a este plantel, nació el 12 de noviembre de 2011.

Apoyo popular

Átomos tiene banca. El Rayo entusiasma y conmueve. Por eso, en la víspera de un partido clave del campeonato, la ciudad amaneció empapelada en apoyo al equipo conducido por Carlos García.
Una simple "a" y un signo más, como gesto positivo, fue la gráfica elegida por los hinchas para apoyar al equipo de sus amores.
He aquí la muestra.

Hay que luchar para estar arriba cuando vuelva

El Rayo ganó. Pero también perdió. El partido y debut en la B del Rincón Este fue más que auspicioso. Triunfo 3 a 1 sobre Quincho y les volamos la peluca.
Santi metió dos golazos, uno con cada una de sus piernas (la tercera la guardó para otra ocasión). El restante fue de Seba, la figura del partido.
Lo lamentable ocurrió al final, cuando uno de nuestros guerreros se lesionó. Lucho corrió y cerró un gran contrataque rival y dejó la gamba en el verde césped de lonchanpelota. El sábado pasado fueron las llaves. Este la gamba. Yo hubiese preferido que volviera a dejar las llaves, o a lo sumo el documento. El, aunque no quiso hablar con la prensa atómica, estamos seguros que también.
Los estudios diagnosticaron desgarro y 21 días afuera. Lo vamos a extrañar. Ahora el desafío será seguir ganando para que en su regreso, el Rayo esté en los puestos de vanguardia. Se puede, y él se lo merece.
Lucharemos para que eso ocurra, Lucho.

Para festejar con Lucho (Vino Rosado)

Y sí, el alguna vez delantero, devenido en mediocampista primero y defensor finalmente, volvió de Méjico (así se escribe verdaderamente en la lengua castellana) con botines nuevos. Nuevos y rosados.
Sin embargo, eso no fue lo más importante, sino que abrió una nueva goleada atómica de pretemporada con esos zapatitos color rosa. Centro como con la mano de JP desde la izquierda y entrada de Alberto por el segundo palo para definir de tijera. Un golazo que el mayor de los Mariani, mirándolo desde afuera, no quiso filmar con su camarita.
Luego llegó el segundo de Sebastián tras una exquisitez de Fabián y El Nene y el tercero fue obra de JP tras centro del intratable Sebastián, la gran incorporación atómica del verano (esperemos que siga con nosotros hasta el final).
Carlos metió muchas variantes para probar a sus jugadores en distintos puestos. Así fue como el equipo descansó un poco y, pese a una pequeña siesta en el inicio del segundo tiempo donde los rivales se pusieron 2-3, liquidó el partido por medio de un golazo de Fabi a lo Pájaro Caniggia ante Taffarel en el Mundial de Italia, en 1990 y un remate de Santi, otra vez no filmado por el mayor de los Mariani que sí registró los tres anteriores, de afuera del área.
Así, el Rayo continúa con su preparación para el torneo Rincón del Este B. El Capi volvió a parecerse a Iniesta, pero esta vez solo por la inminente calvicie que asoma desde su cuero cabelludo.
El próximo partido será el sábado, con horario a confirmar, aunque muy probablemente sea a las 10 a.m. (yo se lo que les digo). Hay que seguir corriendo y metiendo fútbol. Hay que ser cada vez más sólidos y tener el objetivo siempre en mente: cagarnos de risa y salir a ganar todos los partidos. Como manda el manifiesto atómico. Y si hay que reventarla, la reventamos, nada de ponernos rosados de vergüenza… (Ah, se dice rojos… pero Lucho, los botines… yo creí que nos quería decir algo…)